Los inicios del siglo veinte contemplaron las primeras incursiones de la ciudad fuera de la muralla y de los arrabales tradicionales. Coincidiendo con la Exposición americana, Sevilla creció más allá del casco sur, a lo largo de la salida que lleva a Cádiz. Además de los edificios propios de la Exposición, realizados todos en las proximidades del Parque de María Luisa, a lo largo de la avenida de las Delicias y de la Palmera crecieron las residencias de la alta burguesía sevillana, la mayoría en el recién inaugurado estilo sevillano, pero algunos inspirados en otras corrientes historicistas o en la arquitectura de otras latitudes, así como los primeras incursiones del movimiento moderno o racionalista. Los pabellones de los países invitados y el preexistente parque de las Delicias completaron la fisonomía de este sector.
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