Primero palacio almohade, luego residencia de don Fadrique, hijo del rey san Fernando, después monasterio de las Clarisas, desde al menos 1289 hasta nuestros días, este convento es hoy un centro cultural utilizado como espacio expositivo. Se encuentra en la zona más profunda del barrio de San Lorenzo, lejos del ajetreo de la plaza, los bares y las calles aledañas al centro. Antes de la última restauración que terminó en 2011, se entraba al convento por la calle Santa Clara. Esta entrada daba a un hermoso jardín que servía de compás y desde ese compás podía accederse al espacio abierto que rodea la Torre de Don Fadrique. En la actualidad la entrada está en la calle Becas, una calle cercana a la Alameda de Hércules. Desde allí se accede a la exposición de turno, pero podremos visitar dos de los espacios más significativos y de mayor entidad: el claustro y el refectorio, que tienen hermosos zócalos de azulejos.
José Manuel Benot
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